Aunque el uso de mascarillas adecuadas ofrece una alta protección de las vías respiratorias, el resto de la cara queda expuesta. Esto conlleva que las pequeñas gotículas exhaladas de las que nos protege la mascarilla puedan depositarse sobre la piel y suponer un riesgo de contaminación una vez se retire la mascarilla si no hay una limpieza inmediata y adecuada.
Las pantallas de protección facial actúan como una primera barrera, bloqueando las proyecciones directas de gotículas y minimizando así la cantidad que llega a la mascarilla, pudiendo aumentar de esta forma su efectividad.
Esta pantalla está fabricada con una lámina de alta transparencia, lo que permite, a diferencia de la mayoría de pantallas protectoras, una visibilidad más nítida y sin reflejos. Su alta tenacidad y su dureza la hacen muy resistente al desgaste. Además, presenta protección frente a radiación UV.
Su diseño ergonómico permite llevarla cómodamente durante largos períodos de tiempo. Cuenta con una banda de neopreno para la frente, lo que además de aportar comodidad no permite que se acumule suciedad ni gérmenes. También cuenta con una goma ajustable, que permite que se pueda ajustar incluso para que los niños la porten cómodamente.
Otra gran ventaja de esta pantalla es su sistema de ventilación anti-vaho, que evita que la pantalla se empañe.
Las pantallas faciales son un complemento perfecto al uso de mascarillas, aumentando la seguridad especialmente en entornos profesionales y de atención al público en los que la interacción con personas desconocidas es inevitable, protegiendo del riesgo de salpicaduras o partículas a ojos, nariz y boca.
Montaje
El montaje de la pantalla es realmente sencillo.
- Tan sólo se debe retirar la protección de la pantalla y encajarla en los soportes de la visera.
- A continuación, se debe ajustar mediante la goma regulable para una óptima sujección y comodidad.